lunes, 17 de noviembre de 2008

Informe: "Más allá de los hechos: Entendiendo la calidad de vida” (Desarrollo en las Américas)

El informe es un estudio sobre las percepciones de los latinoamericanos sobre su calidad de vida. Los resultados están basados en la Encuesta Mundial Gallup, que encuesta regularmente a ciudadanos de 140 países. El BID comisionó preguntas adicionales sobre aspectos específicos de la calidad de vida en América Latina y el Caribe, incluyendo la educación, la salud, y las condiciones laborales y de vivienda.

Varios factores más allá de los ingresos y el consumo influyen sobre el nivel de satisfacción de vida de los ciudadanos de América Latina y el Caribe. Algunos factores como las relaciones familiares, las amistades y las creencias religiosas no son sujeto de políticas públicas.

El nivel de satisfacción con la vida en la región es alto. Para la región en su conjunto, el nivel de satisfacción es mayor que en Europa y Asia Central. Los ciudadanos de Costa Rica, Panamá, México y Venezuela están entre los más satisfechos. Algunos de los países de mayores ingresos, como Chile y Trinidad y Tobago, registran niveles inferiores de satisfacción. Países con un ritmo acelerado de crecimiento (Trinidad y Tobago, Chile, Perú, Ecuador y República Dominicana) tienen niveles inferiores de satisfacción que países con poco o ningún crecimiento económico (El Salvador, Paraguay y Guatemala). A lo interno de cada país, las personas con niveles bajos de ingresos y educación están más satisfechas con la educación pública y los servicios de salud.


Educación: Aunque las puntuaciones que logran los latinoamericanos en las pruebas internacionales de competencias académicas son muy bajas, entre la población predomina una opinión favorable sobre los sistemas educativos. Más del 80% de la población de Costa Rica, Venezuela y Nicaragua está satisfecha con la educación. Haití, Perú y Argentina son los menos satisfechos, con índices de aprobación inferiores al 55%.

Empleo: El 82% de los ocupados se sienten a gusto con su empleo a pesar de que la informalidad ha aumentado y un cuarto de la población recibe salarios inferiores al mínimo necesario para salir de la pobreza. La mayoría de las personas valora más la flexibilidad y el reconocimiento que los beneficios tradicionales de un empleo como la seguridad social, entre otros.

Calidad de vida urbana: 4 de cada 5 personas están satisfechas con sus hogares y ciudades. El 60% de los latinoamericanos y caribeños se sienten inseguros caminando de noche en sus vecindarios. Ninguna otra región del mundo padece tal clima de inseguridad.

La satisfacción de las personas va más allá de los ingresos y el crecimiento económico. Para aquellos países que enfrentan la paradoja del crecimiento infeliz, las políticas basadas exclusivamente en estimular el crecimiento económico tienen escasas posibilidades de ser sostenibles políticamente. Para aquellos países que enfrentan la paradoja de las aspiraciones, la mayor información y la activa participación de la ciudadanía son clave para lograr mejores políticas. Aunque sería un error orientar las políticas económicas y sociales a la maximización de la felicidad o de la satisfacción reportada por la gente en las encuestas de opinión, igualmente grave sería ignorar el rol que juega la opinión en los procesos políticos.

Saber lo que le importa a la gente puede ayudar a los gobiernos a priorizar las políticas, especialmente en momentos de bajo crecimiento. El estudio sugiere que políticas como las transferencias monetarias condicionadas pueden aumentar la satisfacción en estas circunstancias. También sugiere que los gobiernos tienen mayor flexibilidad para adaptar las políticas laborales y así preservar el empleo.

La responsabilidad de los líderes es entender y transformar las opiniones para hacer más viable la consecución del mayor bien posible para el mayor número posible de personas.


Fuente: http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=1775347

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